Escrito por Estefanía Mónaco Gerónimo
Tras una separación amorosa, el sentimiento más común es de pérdida y vacío.
Algunas personas, consciente o inconscientemente, se sienten incapaces de soportar este malestar a solas y buscan inmediatamente el consuelo en otra relación.
Pero, ¿tienen futuro este tipo de “relaciones rebote”?
Relaciones rebote: nueva pareja tras una ruptura
Respetar el período de duelo
Como cualquier otra pérdida, una ruptura sentimental requiere un período de duelo en el que la persona se tome su tiempo para asumir el distanciamiento, reorganizar su vida y sus pensamientos, aclarar las emociones y superar el dolor.
Una solución rápida, para las personas que no se sienten preparadas para estar solas, es saltarse esta fase de duelo, implicándose rápidamente en una nueva relación.
La clara ventaja de esta manera de comportarse es no tener que enfrentarse al dolor de la pérdida.
Las expectativas cambian de foco, la ilusión se mantiene despierta y se evita sufrir. Sin embargo, recurrir a este tipo de “relaciones rebote” puede tener algunos inconvenientes para ambos.
Algunos inconvenientes de las relaciones rebote
Dicen que “un clavo saca a otro clavo”. Sin embargo, comenzar con una persona nueva cuando aún estás pensando en tu ex, puede tener algunas consecuencias desfavorables.
En primer lugar, la persona dolida y llena de miedos corre el riesgo de no elegir bien a la nueva pareja, lanzándose a los brazos de la primera persona que se cruce por su camino.
A la hora de escoger pareja, es importante no perder de vista ciertos criterios básicos de compatibilidad, para evitar un fracaso previsible.
En el estado de un duelo no tenemos plena capacidad para analizar y decidir. Probablemente, ni siquiera somos nosotros mismos al cien por cien.
La persona se encuentra en un torbellino emocional ocasionado por la pérdida. Puede verse envuelta en momentos de confusión e incertidumbre respecto al presente y al futuro.
Resolver una situación de crisis como ésta hace que estemos menos disponibles para implicarnos en el nuevo amor, el cual exige energía y dedicación.
La nueva pareja puede sentirse utilizada, como un “colchón emocional” de fácil sustitución.
Además, la ex-pareja, quien también estará pasando por su período de duelo, puede llegar a interponerse —voluntaria o involuntariamente— en la nueva relación.
Hablar o discutir con la ex-pareja muy a menudo, sacarle en temas de conversación, darle vueltas a la cabeza… estas situaciones cotidianas pueden llevar a vivir el inicio de la nueva relación con cierta angustia y frustración por parte de ambos.
Por todo esto, es recomendable resolver nuestro pasado antes de comenzar con algo diferente.
Aún así, no se descarta la posibilidad de que, aunque el inicio no sea el ideal, exista una compenetración auténtica que se consolide con el paso del tiempo, convirtiéndose en una relación sana y nutrida.
¿No estoy preparado para estar solo?
Buscar relaciones de pareja de forma encadenada, una tras otra, sin permanecer un mínimo tiempo soltero.Comenzar nuevas relaciones incluso estando en pareja. “Estar por estar” con la pareja actual, a la espera de que llegue “alguien mejor”. ¿Te suenan estas situaciones?
Este es el patrón de comportamiento de aquellos que tienen dependencia emocional.
Pueden tener una apariencia externa de independencia, pero en el fondo no saben estar solos. A veces, ni siquiera sueltan del todo a sus ex-parejas.
Existen distintos grados de dependencia emocional. En lo más profundo de los dependientes emocionales se encuentra un déficit muy notable de autoestima y una sensación de poco valor.
Sienten una necesidad afectiva desmesurada y un deseo de constante reconocimiento por parte de la pareja. Llegan a fusionarse con el otro, desdibujando su propia personalidad, asemejándola a la del acompañante.
La dependencia emocional puede ser trabajada con la ayuda de un profesional, que guíe a la persona en el adecuado desarrollo de su autoconcepto y su autoestima.
Aprender a convivir con uno mismo
Buscar pareja desesperadamente por miedo a enfrentarse con la soledad no es más que una forma de autoengañarnos.
Una manera de conseguir la estabilidad de nuestas propias emociones es aprender a sentirnos cómodos con nosotros mismos, sin necesitar a nadie más.
Aunque la vida compartida sea más plena y agradable, estar en pareja no debe convertirse en una ciega necesidad. Una ruptura no siempre implica un doloroso duelo
También es importante aclarar que una persona puede iniciar el duelo por su relación mientras está en ella, incluso mucho antes de cortar.
Ya sabe que es el principio del fin, y cuando finalmente se termina, su proceso de duelo está en fase avanzada o incluso concluido.
Por ello, tras la ruptura las emociones no son tan intensas, y el sentimiento de pérdida es totalmente soportable.
En ese caso, la persona puede sentirse perfectamente preparada para comenzar con algo nuevo, con ilusión y expectativas renovadas.
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