Existen varias leyendas urbanas que rozan lo sobrenatural. Una de ellas es que comemos arañas mientras dormimos. Pero, ¿qué hay de cierto en esta espeluznante afirmación? ¿Debemos preocuparnos por esta inquietante ración accidental de proteínas en nuestra dieta? ¿O se trata simplemente de un bulo, como el de la criogenización del famoso Walt Disney?
Parece ser que en 1993 una periodista escribió un artículo en el que se detallaba que cada año un total de 8 arañas se introducían en nuestra boca mientras dormimos.
Desde entonces, la supuesta noticia ha ido sufriendo variaciones. En algunas ocasiones, en lugar de 8 arañas son 10 las que nos comemos mientras dormimos. En otras, se trata de 8 arañas a lo largo de nuestra vida (qué alivio, lo anterior era mucho peor).
En cualquier caso, nunca se ha encontrado ni rastro ni de la supuesta periodista, ni de la noticia, lo cual hace pensar que se trata de una simple habladuría. Sea lo que sea, es prácticamente imposible que una araña se introduzca en nuestras bocas ni durmiendo, ni mucho menos estando conscientes.
Las arañas, como la mayoría de los animales salvajes, son individuos de lo más desconfiados. Cualquier movimiento, vibración o sonido extraño, las asusta hasta el punto de huir despavoridas. Es de lo más improbable que decidan introducirse en un orificio oscuro, húmedo y del que sale aire constantemente.
En conclusión: introducirse en la boca del lobo no es el modus operandi de estos arácnidos, el supuesto estudio no es más que un terrorífico bulo no apto para aracnofóbicos.
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